lunes, 6 de junio de 2016

La partida de Muhammad Alí, mucho más que el mejor boxeador de la historia


El fallecimiento de Muhammad Ali no es el de solo un boxeador, debido a fue considerado un ícono de la sociedad. Su postura sobre el servicio militar y la conversión al Islam traspasó las líneas raciales y polarizó a todo Estados Unidos. También unificó la gente con sus mensajes de libertad, la paz y de igualdad. Nació un 17 de enero de 1942 en Lousville, Kentucky, como Cassius Clay. Comenzó a boxear a los 12 y fue campeón olímpico en Roma 1960, aunque luego lanzó la medalla al río Ohio porque no lo quisieron atender en un restaurante por discriminación racial. Cuatro años más tarde llegó a ser campeón mundial de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) al derrotar a Sonny Liston. Sorprendió con el título y, después, por su conversión al Islam. Clay (decía que era un apellido de esclavo que no había elegido) pasó a ser Ali. Luego, llegaría su negación a ir a la Guerra de Vietnam, la sentencia a presión, la libertad bajo fianza, la prohibición de pelar por más de tres años y el despojo de sus títulos. Tuvo la oportunidad de conquistarlo el 8 de marzo de 1971 ante Joe Frazier, en el Madison Square Garden, pero perdió en "El combate del Siglo". "Su contribución a este país y del mundo serán recordados por las generaciones venideras", afirmaba Bob Arum, quien promovió una multitud de peleas de Ali. "Él significó tanto para muchas personas alrededor del mundo que será recordado como una de las personas icónicas de la época". En 1974 volvió a se el rey tras superar por nocaut a George Foreman durante la denominada Batalla en la Selva, en Kinshasa, República Democrática del Congo. Derrotó a Chuck Wepner, Ron Lyle, Joe Burgner, Joe Frazier y Jean Pierre Coopman. Cedió el cetro ante Leon Spinks en 1978, pero lo recuperó en la revancha ese mismo año. Su carrera terminó con una derrota por puntos contra Trevor Berbick, el 11 de diciembre de 1981 y en el Centro de Deportes Queen Elizabeth en Nassau. El 9 de septiembre de 1984 se le diagnosticó Parkinson, una enfermedad degenerativa del sistema nervioso que, según el director de la Clínica de Enfermedades Motrices de la Universidad de Columbia, doctor Stanley Fanh, tenía como causa inmediata el boxeo. Desde entonces luchó contra la progresión del mal. Todavía se recuerda su emotiva presentación en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, donde encendió el pebetero. "Él es parte de la razón por la cual los afroamericanos hoy pueden hacer lo que hacemos en el mundo del deporte. Somos libres", aseguró alguna vez Lebron James. Toda una definición para este grande que se fue…

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