Annie calcula que pesan más que Victoria Beckhan.
No todo fue felicidad para la mujer de los pechos más grandes del mundo
Sabrina Sabrok llegó a la pantalla chica por tener las lolas más grandes del mundo, pero ahora parece que surgió una nueva potencia que la destronará del primer puesto. Annie Hawkinks-Turner entró al Record Guinness por tener el busto más grande del mundo sin silicona: cada una pesa 25 kilogramos.
Annie es una americana de 49 años que aprendió a convivir con el enorme volumen de sus pechos, que hoy le dan su rédito económico. La mujer está al frente de una página web erótica con la que gana alrededor de 145 mil euros anuales. “ Mis atributos son mi principal fuente de ingreso ”.
Cada uno de sus lolas pesa 25 kilos (los pechos de Sabrina Sabrok pesan 14 kilos) y Annie advierte que el tamaño aumenta cuando tiene el periodo. “El tamaño es un tercio de mi peso corporal y pesa más que Nicole Richie o Victoria Beckham”, grafica.
Ahora Annie le saca su rédito al impactante tamaño de su busto pero de chica sufrió mucho. “A los nueve años pesaba 45 kilos y ya tenía una talla 95 de sujetador”, recuerda. Los chicos mayores que ella trataban de aprovecharse. Acomplejada, ella escondía su enorme busto. “Me compraba sudaderas anchas y usaba distintos caminos para ir al colegio para que los niños no se burlaran de mí”. Los compañeros del colegio la llamaban “ tetas de ballena”.
Su intención de joven era reducirse el tamaño de sus lolas pero su familia no contaba con el dinero suficiente para encarara una operación de este estilo ya que era una familia de bajos recursos, publica el sitio Enterate Antes.
A la hora del amor todo se volvía complicado. Tuvo dos relaciones serias, una de ellas le dio dos hijos, pero no la condujeron a la felicidad. Pronto terminaba con sus amoríos. Pero un día conoció en la calle al hombre de sus sueños: Alan, un delgadísimo y antiguo soldado de Vietman . “Me chocó que le gustaran las mujeres grandes con enormes pechos.”
“Alan no paraba de decirme que era guapa, adoraba mis senos, me compraba sujetadores y trataba a mis hijos como príncipes”. El hombre le ayudó, además a darle rentabilidad a sus atributos. Le sugirió posar para una revista erótica. Tras la publicación de las fotos, llegaron miles de cartas de lectores y comenzó a estar orgullosa de su pecho. “Incluso empecé a comer más para que me creciera”. En el año 2000, un fan se contactó con ella y juntos abrieron una página web, que hoy es su fuente de ingreso
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