EPICO TRIUNFO DE LOS PUMAS !!!.
Vencieron de visitante a una potencia, Sudáfrica, por 37 a 25.
Es la primera victoria de Los Pumas ante este rival en la historia.
Justamente el nombre de Los Pumas nació hace 50 años en una gira que el por entonces Seleccionado Argentino desarrollaba por Sudáfrica. Pese a no tener un resultado favorable el ahínco y destreza de sus rugbiers fue tal que le quedó para siempre el apodo de " Los Pumas ". Hoy y por esas paradojas e irnías del destino con aquéllos rugbiers de hace 50 años en la platea Los Pumas vencen por primera vez a los Sprinbocks.
Soñado. Por primera vez en la historia Los Pumas, jugando un partido sólido en todas sus líneas, derrotaron a Sudáfrica por 37-25. Los argentinos mostraron un nivel superlativo, una locura linda que no se veía desde la victoria contra Francia en París, en noviembre del año pasado.
El primer try no se hizo esperar, llegó tempranito, a los dos minutos, gracias a una buena combinación entre los back. Jerónimo de la Fuente y Juan Imhoff hicieron de las suyas y el que apareció como apoyo fue Marcelo Bosch, quien sólo tuvo que correr derecho para apoyar debajo de los palos. Los Pumas enmudecían al Kings Parks por primera vez en la tarde.
La reacción de los locales no se hizo esperar. Fueron en busca del try, claro. Pero la defensa argentina, que no había tenido una buena labor en los dos últimos partidos contra Nueva Zelanda y Australia, se bancó el embate y Handré Pollard, terminó pidiendo palos, para dejar la chapa 7-3.
Los Pumas tuvieron chances de estirar ventajas, pero Juan Martín Hernández no estuvo fino con el pie en ese lapso: falló un drop y dos penales. “No empecemos a regalar puntos que hoy se lo podemos ganar”, gritó un hincha argentino, ubicado en la platea junto a su familia, cuando el Mago falló el último de sus intentos. Desesperado, desencajado, el hombre.
Todo lo contrario era la actitud del seleccionado, que seguía planteando el juego de forma prolija en ataque -Tomás Cubelli, genial en la conducción- y contundente en defensa -enorme trabajo de los ocho forwards, sobre todo de Agustín Creevy y Pablo Matera. Sudáfrica, desorientada y a la deriva. Y Los Pumas le sacaron el jugo a la confusión. Y llegaron las joyitas de Imhoff. La primera, a los 22, tras un genial movimiento de Tomás Cubelli, y la segunda, a los 30 -Pollard ya había descontado con otro penal-, luego de un pase de antología de Leo Senatore para que el medio scrum, a su vez, habilitara al rosarino. Clink, caja.
Sudáfrica respondió cinco minutos más tarde con una fórmula conocida: line y maul, para que el segunda línea Lood de Jager se desprendiera, achicara diferencias y dejara a su equipo ocho puntos abajo. Pero la corta distancia les duró un suspiro a los atónitos sudafricanos: Hernández y Marcelo Bosch, éste último desde la mitad de la cancha con un ¡Chelazo!-, terminaron cerrando el PT con un 27- 13 bien celeste y blanco y, sobre todo, tremendamente justificado por lo hecho en la cancha.
Y el comienzo de los últimos 40 minutos en la historia sin victorias contra Sudáfrica empezó igual a como había finalizado el primer tiempo: con el seleccionado interpretando las partituras a la perfección. Y el Mago Hernández se puso la pilcha de director con batuta en mano: a los dos minutos jugó un penal rápido a cinco yardas -los sudafricanos creyeron que patearía a los palos- y habilitó al solitario Imhoff para que apoyara su tercer try de la tarde (34-13). Soñado.
La fuerte música argentina sonando en tierras sudafricanas despertó a los adormecidos locales, que aceitaron sus engranajes, pegaron un par de gritos y fueron por todo, empujados por la presión de su misma gente. El aluvión provocó el primer fallo defensivo de Los Pumas y el resultado fue corrida y try del fullback Willie Le Roux (34-20).
Pero los argentinos no se amedrentaron por la reacción y siguieron respetando la melodía compuesta por Daniel Hourcade. Scrum y line sólidos; tackle bestial y backs bien despiertos; pícaros. Y hubo otro premio: a los 62 minutos el Chelo abrochó un drop que le dio más aire a la sinfónica (37-20). ¿La gente en las tribunas? Furiosa. Y más cuando la salida de Pollard, luego de los puntos de Bosch, se fue directamente afuera. “¡Lambie, Lambie!”, fue el grito de guerra, en clara alusión a Pat Lambie, que se encontraba en el banco e ingresó enseguida por el errático apertura.
Los Pumas jugaron los últimos diez minutos, esos que queman, esos que son una eternidad, con una madurez asombrosa; con una defensa feroz. Justo dos ítems que se le venía reclamando a este equipo luego de sus últimas actuaciones. Ni el try de Bryan Habana, verdugo en la RWC 2007, los inmutó. Continuaron tocando la misma melodía una y otra vez, hasta que el 37-25 quedó tatuado en el marcador final.
El último compás de la canción llegó con emoción, llantos y una cuántas cosas más. Se había vencido a Sudáfrica por primera vez en la historia. Y desde ahí nomás, desde la platea, los héroes del ´65, como en aquel triunfo contra los Junior Springboks, fueron testigos cercanos de paradigma del rugby argentino: el karma Bok había sido aniquilado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario