Federico Delbonis perdió por Steve Darcis por 6-4, 2-6, 7-5 y 7-6 (3) y la serie se definió por 3-2 para los europeos. En el primer turno, Goffin se impuso sobre Schwartzman.
Delbonis, nacido en Azul y ubicado en el puesto 65 del ranking mundial de la ATP, se entregó al máximo durante tres horas y seis minutos, pero perdió con Darcis (64), el héroe de la jornada en el estadio Forest National puesto que condujo a su país a una final de la Davis después de 111 años, desde 1904.
Los belgas recibirán a fines de noviembre e Gran Bretaña, que hoy se impuso sobre Australia, en Glasgow, en la otra semifinal, mientras que Argentina regresará a Buenos Aires y comenzará a planear una nueva ilusión en la Davis desde el miércoles próximo, cuando la ITF sortee el Grupo Mundial 2016 y conozca su rival.
El equipo albiceleste, conducido por Daniel Orsanic, que hizo durante todo el año un culto del bajo perfil y la unión del grupo, se instaló entre los cuatro mejores del mundo tras vencer a Brasil y Serbia, ambos en Buenos Aires, en el predio de Tecnópolis, con una figura que sobresalió sobre el resto, la de Leonardo Mayer.
El correntino, actual número uno del tenis argentino, fue pieza clave para evitar en septiembre del año pasado el descenso de categoría, y en marzo se vistió de héroe para levantar la serie con Brasil y luego repitió ante los croatas, con victorias en singles y dobles que allanaron el camino.
La ausencia del Yacaré en el último día de juego, agotado físicamente luego de haberle dado dos victorias al equipo, es una de las razones de la derrota ante los belgas, que avanzaron a la final sin que les sobrara nada.
Es que Argentina comenzó en desventaja el viernes con la derrota de Delbonis ante Goffin, y luego Mayer le ganó a Darcis, para igualar, y ayer se juntó con Carlos Berlocq y entre ambos ganaron el punto de dobles, que dejó al equipo match point en la eliminatoria.
Sin embargo, la baja de Mayer se reemplazó con Diego Schwartzman y el Peque hizo poco ante tenista muy superior como Goffin, quien lo venció por un cómodo 6-3, 6-2 y 6-1, y la semifinal quedó igualada. Con ese contexto salió a jugar el azuleño Delbonis, y estuvo cerca por momentos, pero cometió demasiados errores y así se esfumó la ilusión.
El final encontró, como una imagen de lo que fue todo el año en el ciclo de Orsanic, al equipo abrazado con el capitán, unido, consciente de que con poco se llegó demasiado lejos y que se estuvo cerca, aún sin un crack como podría ser Juan Martín Del Potro, si finalmente supera sus males y regresa al tenis.
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