En estos templos no existen creaciones de Da Vinci o Miguel Ángel, pero sí obras mucho más fáciles de hacer.
No sólo hay museos de historia o de ciencia: una gran variedad de alimentos tiene su propio templo, sobre todo en los Estados Unidos, donde la comida también parece tener derecho a sus propios adeptos. Estos son los cuatro más extraños.
1. Museo de la comida quemada
Un homenaje a los desastres culinarios. Ubicado en Massachusetts, EEUU, incluye una exposición privada de alimentos quemados que van desde clásicos (tostadas y bagels) a otros no tan corrientes, como limones y mandarinas. También hay electrodomésticos carbonizados.
2. Museo de la hamburguesa biónica
Len Foley lo fundó se enteró de un caso insólito de 1989: un joven compró dos Big Mac, se comió el primero y el segundo lo guardó en su bolsillo. Se acordó un año más tarde y la hamburguesa permanecía intacta. Foley decidió dedicar su vida a inmortalizar Big Macs y mostrarlas. Es más: en su web, enseña cómo hacerlo.
3. Museo de la banana
En California (EEUU) está el museo más grande del mundo dedicado a una fruta, según los récords Guinness: el Banana Club Museum. Allí, uno puede encontrar todo tipo de objetos, comestibles y artísticos, relacionados con la banana. Uno de sus mayores atractivos es una banana petrificada desde 1975.
4. Museo de SPAM
No estamos hablando de correo electrónico basura: SPAM es una de las marcas más viejas y famosas de carne enlatada. En su museo, hay una extensa colección de recuerdos que se remontan a la Segunda Guerra Mundial, publicidades clásicas del producto y juegos interactivos para los visitantes. Para verlo, hay que ir hasta Minnesota.
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