domingo, 9 de julio de 2017

El adiós a Landrú { Juan Carlos Colombres }


Juan Carlos Colombres Juan Carlos Colombres, «Landrú», en 1982. Información personal Nacimiento 19 de enero de 1923 Buenos Aires, Argentina Fallecimiento 6 de julio de 2017 (94 años) Buenos Aires, Argentina Nacionalidad argentina Información profesional Ocupación Dibujante y humorista gráfico Empleador La Nación Clarín Playboy Seudónimo Landrú Distinciones Premio María Moors Cabot (1971) Web Sitio web http://www.landru.org [editar datos en Wikidata Juan Carlos Colombres (Buenos Aires, 19 de enero de 1923-6 de julio de 2017),1 popularmente conocido por su seudónimo Landrú, fue un humorista gráfico argentino caracterizado por sus ironías sociopolíticas en las cuales incluía la caricatura tanto gráfica como textual. Juan Carlos Colombres nació en 1923 en la ciudad de Buenos Aires y dentro del seno de una familia aristocrática procedente de Tucumán. Prácticamente es integrante de la misma generación constituida por otros grandes humoristas argentinos: el mendocino Quino, el cordobés Lorenzo Amengual, Guillermo Mordillo, Miguel Brascó, Copi, Lang, Oscar Conti (Oski), así como el dibujante uruguayo radicado en Buenos Aires Hermenegildo Sábat. Sus primeros dibujos los firmó como JC.Colombres; siguió firmando como J.C., y posteriormente elige el seudónimo Landrú porque el humorista Faruk le asemeja físicamente con el célebre asesino serial de mujeres francés Henri Désiré Landru.2 Este apodo fue adoptado, según contó a una revista, porque además nació el día en que guillotinaron en Francia al asesino Landrú.3 4 Obra[editar] La obra de Juan Carlos Colombres "Landrú" se caracterizó por una elaborada burla a ciertos modos masificados de "pensar" característicos de la sociedad argentina del siglo XX y de lo que va del presente siglo; su burla era básicamente una ironía a la vez sutil y descarnada en la cual criticaaba a todos los niveles sociales. Para ello creó una serie de personajes paradigmáticos: "tía Vicenta", "el señor Porcel", "el señor Cateura" (un sujeto procedente de un nivel humilde que pretende a toda costa el ascenso económico y quiere aparentar un elevado nivel cultural; para "educar" a su pequeño hijo le propina feroces tratos y mezcla insultos correspondientes a diferentes sociolectos), "Rogelio, el hombre que pensaba demasiado" (un paranoico que representa los temores de la burguesía), "María Belén y Alejandra" (dos jóvenes de alto poder adquisitivo pero patética y grotescamente frívolas). Este humor escrito se ve enriquecido por la erudición que caracterizaba a Colombres, lo que le permitía utilizar diversos niveles de escritura o recurrir a los arcaísmos; a esto se sumaba un profundo y exhaustivo conocimiento de la realidad política nacional e internacional. Ejemplo de los textos humorísticos de Colombres son los siguientes: "Rogelio pensó: ¡un momento! ese sujeto me ha dicho que vivía en la localidad de Pavón, pero notemos que Pavón es también el nombre de una avenida en Avellaneda y en Avellaneda existe un equipo de fútbol...¡sí, ese equipo de fútbol se llama Club Atlético Independiente!, y a los de ese equipo les llaman los diablos rojos...¡claro!...¡rojo!, eso quiere decir que ese sujeto es un inmundo comunista, ya mismo lo denunciaré...". "El Señor Cateura tras concluir con su copa de Château Margaux miró a su pequeño hijo que acababa de balbucear. ¡Pero qué cosa has dicho pedazo de bestia! ¿has dicho fulbo?, ¡se dice football pedazo de animal! y mientras le explicaba le asestaba un fuerte puntapié en medio de los dientes al niño..." El humor gráfico de "Landrú" incluso podía superar a su humor escrito; como Oski, se basaba en dibujos aparentemente sencillos en los cuales muy sabiamente se daban las deformaciones necesarias que caracterizaban a logradas caricaturas. "Landrú" recurrió muchas veces a genuinas metáforas visuales, de modo que así como representaba a J. D. Perón con una pera, luego de ser derrocado el presidente legal Arturo Umberto Illia llegó a representar inconfundiblemente a Juan Carlos Onganía con una morsa ("La Morsa" era el sobrenombre que a éste se le daba). Por tal caricatura su revista Tía Vicenta fue censurada y cerrada en 1966. El presidente Onganía decide cerrar la revista Tía Vicenta. Luego reaparece con el nombre María Belén y como un suplemento del diario El Mundo. En 1947, mientras trabajaba en la revista Don Fulgencio, editada por Lino Palacio, comenzó a editar su propia revista humorística llamada Cascabel. En ésta se mofaba de Juan Domingo Perón (entre las muchas caricaturas con que representaba al creador del llamado justicialismo estaba la de una gran pera).5 En 1957 comienza trabajar en la revista Tía Vicenta, clausurada en 1966 por el gobierno de Onganía. Dos años después le otorgan en Estados Unidos el premio Moors-Cabot.6 Al presidente Illia lo apodó “La Tortuga”.6 En 1966 Tía Vicenta salía como suplemento semanal del diario El Mundo, que de 200.000 ejemplares aumentaba a 300.000 ese día. Fue entonces cuando el flamante presidente de facto Juan Carlos Onganía se enfureció y mandó clausurarla. Uno de los rasgos más típicos en las caricaturas gráficas de Landrú es la presencia de un gato dibujado con una amplia sonrisa y los ojos abiertos con mirada socarrona; tal gato se halla casi siempre cerca de la firma, como si el felino representara al humorista siendo testigo de un mundo absurdo al cual se observa y soporta a través del humor. A inicios de los 1970s Colombres llegó a poseer una sección en la revista Gente; en tal sección inicialmente se burlaba de la sociedad, en especial del "medio pelo" o los nuevos ricos, o aquellos que pretendían aparentar un buen nivel cultural, pero en poco tiempo tal sección comenzó a transformarse en una apenas solapada propaganda de marcas de ropa "fina". En 1973 tuvo una fugaz presencia en la revista Satiricón. Últimamente las caricaturas de Juan Carlos Colombres (Landrú) solían ilustrar la sección política del diario de mayor tirada en Argentina, Clarín. En 1982 recibió un Diploma al Mérito de los Premios Konex por su larga trayectoria como humorista gráfico. En el 2014 publicó el libro ¡El que no se ríe es un maleducado!, que en gran parte es compendio de sus principales obras.7 A fines de este mismo año inicia las actividades Fundación Landrú,8 una organización sin fines de lucro creada por sus familiares con el objeto de rescatar la obra del dibujante y difundirla en la actualidad.

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