El hombre más viejo de Europa festeja sus 112 años

Es el último superviviente conocido de la batalla de Jutlandia, de la Primera Guerra Mundial Desde 1896 que está en esta vida. Y aún hoy, en el año 2008, este hombre vive a full. En su memoria se guardan grandes batallas, inventos y monarcas que convivieron con él en algún momento de su historia. El hombre más viejo de Europa, el británico Henry Allingham, celebró este viernes 112 años asistiendo a un desfile aéreo de aviones de combate de la Segunda Guerra Mundial. Allingham, que dice haber 'vivido dentro de sus límites, tomándose la vida con calma' y que conoció tres siglos y seis monarcas británicos, presenció una demostración aérea de un bombardero Lancaster escoltado por dos Spitfires, cazas míticos de la Real Fuerza Aérea británica. En un claro ejemplo de que la vida en verdad es corta, este anciano optimista espeta que 'Cuantos más cumpleaños disfruto, más vivo'. De 1896 a 2008, este hombre debe hacerse la idea de lo que en verdad significan el tiempo, la vida y la evolución. Pero, este hombre, ¿cómo lo logra? ¿Hace yoga? ¿Se baña en formol? 'La gente me pregunta cómo lo he hecho, y sólo digo que espero con impaciencia otro mañana', explica. Nació en 1896, mientras se celebraban los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna en Atenas, y está considerado por el ministerio de Defensa como el último superviviente conocido de la batalla naval de Jutlandia, de la Primera Guerra Mundial, además de ser uno de los primeros miembros de la Royal Air Force. Originario de Clapton, en el este de Londres, fue criado por su madre y sus abuelos tras quedar huérfano de padre con tan sólo 14 meses. Durante su dilatada vida trabajó en la fabricación de instrumentos quirúrgicos, en el mundo de la construcción automovilística y en los servicios aeronáuticos de la marina británica. Una vida de trabajo y sacrificio… A finales de 1918 se casó con Dorothy, con quien tuvo dos hijas. En 1970, Dorothy falleció. Desde abril del 2006 vive en una residencia de ancianos para veteranos en Sussex (sur de Inglaterra). 'Me siento como en una nube ¡Quién no lo estaría con toda esta gente bondadosa que se ocupa de mí!', declaró