Jóvenes usan la sustancia para dormir a sus víctimas y luego violarlas
Una nueva y peligrosa sustancia toma popularidad en la noche bonaerense. La Burundanga, ya conocida como la nueva “droga sexual”, es utilizada por algunos jóvenes para someter sexualmente a las adolescentes que van a bailar.
Según publica el Diario Popular, la droga actúa como un somnífero. “Tiene un efecto hipnótico en las víctimas, produce una amnesia general, -explica el perito criminalístico y psiquiatra forense Miguel Maldonado-. La Burundanga actúa distinto al popper, que genera inconciencia. Esta droga es rapidísima, invade el organismo en pocos minutos, -afirma tajante el especialista-. En el marco de un ataque sexual, su acción es letal, porque elimina cualquier mecanismo defensivo”.
Por estas razones, los expertos consideran que se trata de una droga “extremadamente peligrosa”, de relativo “fácil acceso”,y aportan un dato inquietante; se estaría fabricando en varios laboratorios ilegales ubicados en el Conurbano y la Capital Federal.
La Burundanga, cuyo efecto tiene una duración mínima de entre una y dos horas, era utilizada ya por los ladrones comúnmente llamados “viudos negros” (o su correlato femenino), quienes introducían esta sustancia en bebidas o alimentos para dormir a sus víctimas y posteriormente, robarles.
“El problema entre la juventud se agrava por la connotación sexual que le dan a la sustancia los pibes, -dice Claudio Izaguirre, titular de la Asociación Antidrogas de la República Argentina-. Las víctimas quedan a completa merced y disposición de los jóvenes, sin fuerza”.
Según el especialista, la droga es suministrada generalmente a través de una bebida que el atacante ofrece a la víctima.
Aunque aún no hay estudios exhaustivos acerca de su uso, se estima que los efectos van de las dos horas a los dos días, dependiendo la dosis, y que su uso reiterado no genera adicción. Una vez que entra en el cuerpo, la Burundanga tarda aproximadamente dos minutos en entrar en acción, momento en que la víctima entra en un estado de pasividad y “actitud complaciente”, en total indefensión
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