Esto vino mal concebido desde la época de Grondona y del postgrondonismo. Con dirigentes que no estuvieron y no están a la altura de los acontecimientos y de la envergadura del fútbol argentino. Con peleas intestinas y miserables por un poco de poder. Con decisiones muy equivocadas, con testarudez y una atroz desorganización. De ahí para abajo el resto. Equivocarse en la elección del Técnico, no bancar un proyecto aunque más no fuere a mediano plazo, darles demasiadas concesiones a los jugadores, etc.
Y Sampaoli no dio la talla, ni siquiera el mínimo que había mostrado en otros equipos como Chile. No tuvo autoridad, fueron desatinadas sus declaraciones cuando habló del " equipo de Messi ". No conformó bien la lista de veintitrés jugadores acaso condicionado por la opinión de otros. No logró nunca trasmitir su idea de juego y no formó el mismo elenco ni dos veces seguidas. No hubo equipo, apenas la voluntad y el tesón de algunas individualidades.
Los jugadores, brillantes en sus equipos en general y opacos con la albiceleste, hicieron lo que pudieron en el marco descripto donde imperó el yo por sobre el conjunto. Se acabó el carretel de una generación de buenos jugadores. No vamos a caer en el exitismo de decir que como no ganaron nada no sirven. Todo lo contrario, llegaron a tres finales { la del Mundial 2014 con Alemania y las dos finales con Chile por Copa América }. Las perdieron todas pero llegaron. Es como se quiera ver el vaso. Lo que si afirmamos es que hay que darle paso a la nueva generación que asoma. No podemos seguir tapando a jóvenes que siguen surgiendo con la excusa de esperar que los " viejos " ganen algo.
Seguramente la mayor tristeza es y acaso será por siempre, si es que se retira de la Selección, que Messi, el mejor jugador de la actualidad, no haya podido levantar nunca una Copa del Mundo. Tal vez sea la suerte, acaso el destino, a lo mejor el mismo determinismo que padecieron en otros tiempos Distefano o Cruyff. O más que más sea que la " pulga " no tuvo al lado un equpo que lo respaldara y en el cual él en todo caso pudiera sobresalir. Qatar 2022 está demasiado lejos para conjeturar si hay alguna chance que al diez se le pueda dar si es que siguiera.
La clasificación fue a duras penas, se igualó con el pobre Islandia, nos golearon los croatas, apenas Rojo pudo salvar el incendio y el papelón ante Nigeria de manera agónica. Empero vino Francia que desnudó todas las falencias y negligencias citadas. Duele pero se tocó fondo. Y esta es una buena noticia. Habrá que recomenzar de cero con la inagotable materia prima que brota de nuestras canteras y esa estirpe única que dio entre muchos miles a Distefano, Kempes, Maradona y Messi. Sólo así podrán reverdecer los gloriosos lauereles futbolísticos que supimos conseguir.
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